Hace unos días recibimos la triste noticia de que el P. Olegario había fallecido. Pero quien era
El Padre Olegario, Misionero Oblato, nacía en Portilla de la Reina, un pueblecito de la Montaña Leonesa, hace 103 años. . Se ordena como sacerdote en Roma con 26 años, donde hizo el doctorado en Teología Dogmática sobre "La misión en Santo Tomás de Aquino" fue destinado al Seminario mayor de los Oblatos en Pozuelo de Alarcón, Madrid, aquí empezó su misión como formador y profesor de teología a los nuevos misioneros. En 1977 se cerró dicho seminario.
Y ahora con 60 años que podía hacer. Pues gracias a esto, pudo realizar su sueño ser misioneros con los pobres, entre los pobres, y empezó su grande y más querida etapa de vida misionera, su destino en América Latina, con sus compañeros de Paraguay. Aquí vivió con los jóvenes oblatos, novicios y estudiantes en el barrio de Lambaré en Asunción, impartiendo clases en la facultad de teología de Asunción, pero sobre todo acompañaba a los fieles de la capilla de la Inmaculada Madre de Cristo.
el Padre José Mª Riega de la misma Congregación de Misionero Oblatos, fue el 15 de marzo a celebrar con el Padre Olegario sus 103 años. Allí se encontró con la sorpresa que lo había trasladado a la casa central de los oblatos que tienen en Asunción, había empezado una nueva vida. Allí le dijo estás palabras "He entrado en una nueva etapa de mi vida, mejor que las anteriores, desde que leí el libro del Papa Francisco "SOÑEMOS JUNTOS UN FUTURO MEJOR", (dialogo durante la pandemia, del Papa con un escritor y periodista ingles) se sentía feliz, no entendía como hay gente de iglesia, alarmada como si la iglesia se desmoronará. Y le decía: "El Señor no puede fallar a su Iglesia con un Papa que cuenta con la oración de todos los fieles del mundo, Recen por mi, conducidos por El Espíritu Santo. Y el Padre José le veía que l hacía notar cómo se le ve al Papa sereno, confiado, en medio de la tempestad, sin dejarse aturdir por el barullo de los agoreros de desdichas.
El Lunes Santo, 3 de abril de 2023, cuando acababa de cumplir sus 103 años, buenas y malas noticias para ese día, el Padre Olegario entro en la Pascua eterna con dulzura y sin dolor.
Estas fueron las últimas palabras que le escribio al Padre José Mª Riega, el 29 de marzo, os las pongo tan cual las ha mandado él, que sirva de reflexión para todos.
“Querido
José María, ¡y bueno!, aprovecho que me reintegraron a la comunidad para
mandarte un saludo y decirte que, estando fuera y llevándome de una parte para
otra, he estado un poco desconectado de todo y no he podido tampoco contestar a
tu llamada. Me encuentro bien. He estado ocho días con las Hermanas del
Silencio en el Monte. Lo he pasado bien. Me han tratado muy bien, como ellas
saben. Creo que he recuperado algunas fuerzas, porque noté que esta última
temporada estaba debilitándome. Estoy bien, sin novedad.
Espero
poder conversar contigo más detenidamente, porque en este momento estoy
un poco apurado. Otro día conversaré más detenidamente contigo… Me encuentro
muy bien. He `pasado un día muy feliz en el Seminario. Celebraban los 25 años
de sacerdote del Rector, nuestro gran amigo. Mucha participación, mucha
alegría, muchos obispos estaban allí también. Muchos me saludaron porque me
conocían, apenas yo conocía a nadie, porque estoy con una fuerte baja de
visión… Esta es mi situación. Estoy llevando con paz estos días. Espero poder
reorganizar un poco mi vida…
Veo
muy bien que sigas con tus mensajes, en los cuales has llegado por fin a
la conclusión de que la verdadera evangelización procede de una experiencia
religiosa. Y, bueno, no es poca cosa llegar a ese convencimiento. Bueno, ánimo,
José María, hasta que nos podamos saludar más de cerca”.
Un misionero que cumplió su sueño con 43 años en misión y 77 años de vida consagrada.
Que desde al Casa del Padre nos ayude a todos a seguir caminando y a el Papa a seguir luchando (con ayuda de todos) por un futuro mejor
