En este pasado mes de enero
hemos vivido con intensidad el evento de la Infancia Misionera, celebrado el
domingo 28, pero preparado desde que se reanudaron las clases después de las
vacaciones de Navidad. Yo he tenido el privilegio de compartir con los niños
mis experiencias de misión por Perú, Senegal y Camerún. Primeramente, en el Colegio Virgen Blanca,
con los cursos superiores de Primaria; culminamos las charlas y presentaciones
con una magnifica celebración en la capilla del Colegio. Después pasé por el
Colegio de las Carmelitas Vedrunas y, finalmente por los grupos de catequesis
de las parroquias de Trobajo del Camino y de Villabalter. Concluimos el programa con la celebración de
la misa de mediodía en la parroquia de San Froilán el domingo 28; la iglesia
estaba a rebosar de gente, incluidos muchos niños, que participaron activamente
en la celebración.
Colegio Virgen Blanca |
-¡Pediremos mucho por usted y
por los niño!, me aseguraron el grupo de fieles de la Residencia Virgen del
Camino de San Mamés, que participa en la misa. Creo que el Señor ha escuchado
la oración de estas personas mayores que sienten de una manera especial la
penuria actual de sacerdotes y la necesidad urgente de nuevas vocaciones
sacerdotales y misioneras.
-¿Qué llamó particularmente la
atención de los niños? Pues el problema
de los niños abandonados, huidos de la familia o de las escuelas, los llamados
“Niños de la calle”, que viven en la marginación y en la delincuencia en los barrios
populosos de las grandes ciudades del “Tercer Mundo”; y cómo la Iglesia misionera se preocupa
por ellos ofreciéndoles un “hogar” y
unos talleres para que rehagan sus vidas.
Niños de Villabalter |
-Y cuándo sintió usted la
vocación misionera? Me preguntó un niño. Mi respuesta: -Pues cuando era niño como
vosotros y en la escuela y en la catequesis nos hablaban entonces de los
“chinitos”. A los doce años entré en el Seminario y allí se me fue confirmando la llamada del Señor y las
ganas de responderle con generosidad,
Ayer, en San Froilán, revivimos
la primera evangelización de los misioneros en Perú y en África y la actualidad
de hoy día. Como Jesús, la Iglesia
misionera anuncia el mensaje evangélico, enseña y celebra la fe; pero la
acompaña siempre con acciones
salvadoras: toda misión tiene una escuela y un dispensario, porque la gente
tiene hambre de Dios y necesidad de cuidar la salud y de progresar en el saber
y en la cultura. Termino con la canción
que nos ha acompañado durante este mes y que da pleno sentido a la Infancia
Misionera: “Somos misioneros, tenemos una misión: queremos ver el mundo lleno,
lleno de amor, lleno, lleno de Dios”.
Rafael Rámila SM