Queridos
diocesanos:
El
domingo 21 de octubre, penúltimo de este mes, se celebra en toda la Iglesia la “Jornada Mundial por la Evangelización de
los pueblos”, con el fin de recordar el mandato del Señor relativo a la
difusión del Evangelio (cf. Mc 16,15), agradecer a quienes trabajan en la
primera línea de la evangelización, rezar por los misioneros y misioneras que
han secundado ese imperativo que afecta a toda la comunidad cristiana, y
colaborar económicamente. Así de sencillo y así de importante. El cartel de la
jornada de este año representa unas manos manejando el célebre Cubo mágico o Cubo de Rubik, verdadero rompecabezas que seguramente hemos visto
en las manos de los chavales manejándolo con la mayor soltura para formar
incontables combinaciones.
La
verdad es que no me imagino un cambio así de rápido y de sorprendente aplicado
a nuestro mundo que, ciertamente, puede ser manejado también por voluntades al
servicio de quién sabe qué intereses o con qué fines. Para los discípulos de
Jesús el cambio del mundo ha de comenzar en el interior de las personas, es
decir, en el corazón como imagen y sede de las actitudes de vida y de
comportamiento: “El cambio que promueve el Domund nace del
corazón donde ha entrado Dios. Desde un corazón que ama se vence el
egoísmo, se deja de pensar solo en las necesidades propias y se comienza a
pensar en las necesidades de los demás. Se sale, de las cuatro paredes del
confort, al mundo sin fronteras”. Esta frase la ha dejado escrita al presentar la
Campaña del Domund de este año el
hasta hace poco Director de las Obras Misionales Pontificias en España, querido
y eficiente D. Anastasio Gil a quien el Señor ha llamado hace unos días,
purificado por una dura enfermedad pero trabajando por las Misiones durante 18
años hasta el final.
Para
preparar y motivar el Domund de este
año tenemos dos preciosos y precisos documentos. Uno es el Mensaje del Santo Padre Francisco, especialmente dirigido a los
jóvenes en sintonía con el Sínodo de los
Obispos que se va a celebrar este otoño en Roma. El otro es la Presentación que ha dejado escrita D.
Anastasio. Os invito a leer ambos
escritos en los “materiales” que nos enviará nuestra Delegación diocesana de
Misiones para la jornada. No obstante, os adelanto estas frases del Papa: “También vosotros, jóvenes, sois miembros vivos de la Iglesia por el
Bautismo, y juntos tenemos la misión de llevar a todos el Evangelio. Vosotros
estáis abriéndoos a la vida. Crecer en la gracia de la fe, que se nos transmite
en los sacramentos de la Iglesia, nos sumerge en una corriente de multitud de
generaciones de testigos… El próximo octubre misionero, en el que se
desarrollará el Sínodo que está dedicado a vosotros, será una nueva oportunidad
para haceros discípulos misioneros, cada vez más apasionados por Jesús y su
misión, hasta los confines de la tierra”.
Y
también esta frase de D. Anastasio con gratitud: “De la recurrente repetición de expresiones de carácter misionero que
han hecho fortuna en el lenguaje eclesial merece la pena destacar la de
“discípulos misioneros” que ilumina esta Jornada del Domund y justifica su
propuesta: “Cambia el mundo”. El curso pasado insistíamos en
nuestra diócesis en el objetivo de “intensificar
la acción misionera”. La propuesta nos atañe también a todos, pero muy
especialmente a los jóvenes que, si os lo planteáis como una llamada del Señor,
conseguiréis dar a vuestras vidas un giro vital en la buena dirección y un
fuerte impulso evangelizador y misionero a nuestras parroquias y comunidades.