Cuando llego allí se encontró que no tenía nada y empezó a arreglar una casita para poder trabajar con las mujeres. En primer lugar trabajo con 12 mujeres y lo primero que hizo fue alfabetizaras y poco a poco fue enseñándolas y al final con ellas pudieron recoger a las niñas de las calles y ella y dos hermanas que estaban recién profesas.Vivían en un colegio que habían arreglado a 300 km de la capital.

Poco a poco fue llamada "mamita" y con gran pena tuvo que regresar a su España por enfermedad y en una de las fotos que os voy a poner veréis el regalo que los niños y niñas de su casita le regalaron para que nunca se olvidaran de ellos.
Gracias por estar siempre presente y enseñarnos a todos lo importante que sois.
Soy la representación de la Cadena de bondades, que nosotros tenemos que llevar en nuestro vida diaria.

























































