DELFINA MORAL( Dominica Misionera de Sto Domingo- Italia)
«No todos somos iguales ante esto. Y nada volverá a ser como antes»
Originaria de Villacalabuey, Delfi Moral Carvajal (50 años) vive en la periferia de Roma desde hace 12 años. Es religiosa misionera de Santo Domingo. Enseña Derecho Canónico en la Universidad Pontifica de Santo Tomás de Aquino (Angelicum), por lo que se ha metido de lleno en las nuevas tecnologías para seguir impartiendo clases. Precisamente, el decreto que ordenó el cierre de universidades fue el detonante del miedo que se desató en el país vecino. Vive en lo que llaman una casa di riposo (residencia de ancianas) y esto les está afectando mucho más. «Creo que no tengo derecho a hablar de sacrificio por tener que renunciar a cosas secundarias cuando gozo de una terraza y un jardín en el que poder caminar; frente a mi casa hay casas populares, un viejo hotel en el que viven confinadas familias enteras en una sola habitación, ellos sí tendrían un motivo para lamentarse». Así de crudo. «¿Si hay miedo? Claro que lo hay, creo que es perfectamente normal y humano sentir miedo ante esta amenaza que nos sobrepasa». Es muy crítica con la reacción que está viendo en el mundo. «Por desgracia creo que cada uno está mirando por sus propios intereses, primando los intereses económicos y políticos a los de los ciudadanos». Cuando el virus se identificó en Wuhan «aumentó el racismo y los chinos aquí en Roma tenían miedo de salir a la calle», subraya. «Italia fue uno de los primeros países que canceló todos los vuelos a China; un egocentrismo atroz», asevera. Frente a ellos, sus hermanas en China y los cristianos de sus parroquias como ellas dicen se han unido para poder enviar 2.000 mascarillas porque han visto que la situación en Italia es preocupante. «Ellos lo han sufrido y se hacen solidarios». Y recuerda las recientes palabras de una hermana: «En Myanmar (Taiwan), si la gente no muere del virus morirá de hambre. La gente rica extranjera que está en el país ha vaciado todos los supermercados. Los pobres solo pueden comprar para cada día y ahora ya no tienen nada que comprar. No todos somos iguales ante esta pandemia. Y nada volverá a ser como antes», augura.